Por Cristian M. Cárdenas Aguilar
Profesor de Cs. Sociales / Mag. en Economía y Gestión Regional
Recientemente se celebró el Día Internacional del Turismo, una fecha que nos invita a reflexionar sobre la necesidad de consolidar a la macrozona sur de Chile —que abarca las regiones de La Araucanía, Los Ríos, Los Lagos y su conexión natural con la extensa Patagonia Aisenina y Magallánica— como un verdadero destino de experiencias. La tendencia global muestra que los viajeros actuales buscan algo más profundo que un simple recorrido superficial.
La Evolución del Viajero: Más Allá del Turismo Masivo
Según la Organización Mundial del Turismo (OMT), los turistas y viajeros de hoy privilegian la sostenibilidad, la inmersión directa con la cultura local y las actividades personalizadas. La era del viaje masivo y «superficial» está dando paso a un turismo mucho más consciente y vivencial, donde el visitante no solo observa y «pasea» rápidamente por los entornos, sino que participa y se involucra activamente en la vida y las tradiciones de los destinos que elige.
Hoy en día, los turistas son cada vez más exigentes. Ya no se trata únicamente de estar toda una tarde en una playa, fotografiar un atractivo típico, visitar un pintoresco museo o comer en un llamativo restaurante. Lo que buscan son:
* Vivencias auténticas 🏞️
* Mayor aprendizaje y momentos significativos ✨
* Un aporte real a su desarrollo personal 🧠
Experiencias que te hagan sentir que realmente estás viviendo e impregnándote de la esencia del lugar. Estudios como el informe Ávoris Travel Insights (2025) respaldan esto, concluyendo que “para el 82% de los viajeros es importante poder vivir el viaje como un local más, interactuando con la cultura y habitantes de la zona y conociendo a fondo el destino”.
El Potencial Inigualable del Sur y la Patagonia
En este contexto, el sur de Chile y la Patagonia tienen todo lo necesario para responder a esta tendencia global. Por experiencia directa en la zona y en otros destinos del mundo, pero sobre todo por el conocimiento en terreno, la zona sur-austral de Chile posee un potencial único —muchas veces inimaginable incluso para quienes la habitamos— para destacarse internacionalmente en esta nueva era del turismo consciente.
La innegable riqueza cultural, natural y paisajística, su biodiversidad única, su gastronomía marcada por diversas influencias locales y flujos migratorios, y el valor de sus tradiciones locales, convierten a esta macrozona en un terreno propicio para el turismo de experiencias. Desde las raíces de los pueblos originarios, la belleza de sus:
* Ríos, lagos, fiordos y canales 🌊
* La particular calma en la vida rural 🏡
* Las cadenas volcánicas siempre activas 🌋
* La identidad chilota y su impronta insular 🚤
* La Patagonia como un todo reconocible a escala planetaria (la Carretera Austral, por ejemplo) 🗺️
Todo ello se despliega como un territorio con ventajas comparativas para quienes desean algo más que un simple viaje.
Cifras que Impulsan la Oportunidad
Las cifras globales confirman que estamos ante un momento idóneo para que nos decidamos por este tipo de turismo como motor de nuestro desarrollo económico y social. Según el World Tourism Barometer de la OMT, los arribos internacionales crecieron un 5% en el primer trimestre de 2025 respecto al mismo período del año previo, superando un 3% los niveles prepandemia de 2019.
Chile no escapa a esta realidad. Durante la temporada estival 2025 llegaron más de 2.14 millones de turistas internacionales, lo que representa un aumento del 57% respecto a la temporada anterior. A esto se suma un reciente reconocimiento en el cual nuestro país obtuvo el primer lugar en cinco categorías de los World Travel Awards Sudamérica:
* 🏆 Mejor Destino de Aventura
* 🏆 Mejor Destino Romántico
* 🏆 Mejor Destino Verde
* 🏆 Mejor Ciudad Destino
* 🏆 Mejor Destino para Jóvenes
¡Una coyuntura que hay que aprovechar!
Estrategias Clave para Consolidar el Turismo de Experiencias
Este panorama abre una oportunidad estratégica para que el territorio se inserte en el mundo de manera sostenible y respondiendo a la creciente demanda por experiencias auténticas. No es un camino fácil, se requiere:
* Fortalecer la oferta turística más allá de lo tradicional, incorporando cultura viva, interacción directa con comunidades y aprendizajes significativos.
* Educar a la población para que conozca, valore, respete y sea consciente de la enorme riqueza y potencial del territorio.
* Reforzar la imprescindible articulación público-privada mediante la coordinación entre Estado, gobiernos regionales, municipios, emprendedores y comunidades, asegurando conectividad, calidad de servicios, capacitación permanente y promoción internacional.
* Integrar territorios y «subdestinos» a través de circuitos y rutas que conecten la diversidad de paisajes e identidades en propuestas coherentes.
* Consolidar la sostenibilidad económica, sociocultural y ambiental como eje central de la estrategia, para que el crecimiento turístico respete los ecosistemas, proteja el patrimonio cultural y genere beneficios directos para las comunidades locales y las futuras generaciones.
No se trata de atraer viajeros simplemente para sumar ingresos, se trata de fomentar la llegada de personas que realmente busquen impregnarse de la riqueza del sur del mundo, y que, por ende, estén dispuestos a dejar mayores dividendos económicos para los residentes. Viajeros que, en el fondo, recalen en el territorio con una óptica de inversión para sus propias vidas. Ese es el público objetivo al que se debe apuntar.
Este territorio es un paraíso, y hoy más que nunca, el escenario ideal para el turismo de experiencias. ¡El futuro está en y con los servicios vivenciales que podamos ofrecer al mundo!