La tranquilidad de Frutillar se vio nuevamente alterada la noche del martes 24 de septiembre, cuando el uso de fuegos artificiales dañó el tendido eléctrico en el centro de la ciudad, provocando interrupciones en el suministro de energía. El hecho reavivó la preocupación de vecinos y comerciantes, quienes advierten que estos incidentes vienen ocurriendo desde haceun tiempo y afectan la vida cotidiana de la comunidad.
Escalada de incidentes y su impacto
El reciente ataque con pirotecnia no solo dejó a la ciudad a oscuras, sino que también puso en evidencia la vulnerabilidad de la infraestructura y los costos que estos actos generan. «Recibí un llamado de mi empresa de seguridad por una emergencia en mi local. Tuve que cambiar una lámpara LED que debería durar diez años y solo aguantó uno. Además, ahora se me quemó el refrigerador. ¿Quién responde por eso?», relató un comerciante afectado, reflejando el impacto económico y la impotencia que sienten ante los daños.
Vecinos, en tanto, expresaron su temor por la continuidad de estos episodios. «Somos gente trabajadora, pagamos impuestos y lo mínimo que pedimos es seguridad. Estamos cansados. Si no hay soluciones, tendremos que organizarnos y presentar un reclamo formal ante la PDI», señaló un residente, planteando la necesidad de mayor apoyo institucional.
Respuesta municipal y medidas implementadas
Si bien el municipio ha calificado esta situación como un problema heredado de administraciones anteriores, la actual gestión, encabezada por el alcalde Javier Arismendi, ha reiterado su compromiso con la seguridad. Durante los últimos meses, se han destinado recursos adicionales para reforzar el trabajo conjunto con Carabineros y se han adquirido nuevos equipos para vigilancia comunitaria.
Tras el ataque del martes, el alcalde Arismendi acudió al lugar junto a su equipo de seguridad ciudadana y Carabineros de Chile, mientras cuadrillas de Saesa trabajaron en reponer el suministro eléctrico. La autoridad recordó que el uso de fuegos artificiales está prohibido por ley y representa un grave riesgo tanto para la infraestructura como para la integridad de las personas.
Preocupación ciudadana en busca de soluciones
La comunidad valora la presencia y el trabajo desplegado por las autoridades, aunque mantiene una inquietud persistente por la continuidad de estos hechos. Más que un reclamo formal, los vecinos expresan un llamado de atención que busca acelerar respuestas efectivas y sostenidas en el tiempo, con el objetivo de recuperar la tranquilidad y seguridad que caracterizan a Frutillar.