Frutillar, mayo de 2025. La Región de Los Lagos continúa evidenciando una preocupante alza en la tasa de desocupación, que alcanzó un 5,5% durante el trimestre móvil febrero-abril, según datos de la Encuesta Nacional de Empleo (ENE) del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Esta cifra representa un incremento de 1,8 puntos porcentuales en comparación con el mismo periodo de 2024, y un aumento de 0,2 puntos respecto al trimestre anterior. La región mantiene así una tendencia creciente que comenzó en el trimestre octubre-diciembre de 2024, cuando el desempleo era de 3,8%.
Factores que explican el alza
- Fuerza laboral creció 0,8%, mientras que las personas ocupadas disminuyeron en 1,1%, lo que explica el aumento de la población desocupada en un 49,8% anual.
- Las tasas de participación (57,0%) y de ocupación (53,8%) retrocedieron en -0,1 y -1,2 pp. respectivamente.
Desempleo por género
- Mujeres: desempleo de 6,0% (+1,2 pp. en 12 meses)
- Hombres: desempleo de 5,2% (+2,2 pp. en 12 meses)
Aunque el desempleo masculino tuvo un mayor aumento relativo, el desempleo femenino sigue siendo más alto, lo que refleja una persistente brecha de género en el mercado laboral.
Sectores con mayor pérdida de empleos
Las principales caídas en la ocupación se dieron en:
- Industria manufacturera: -14,2%
- Transporte: -15,8%
- Comercio: -6,6%
Por tipo de empleo, destacan las bajas en:
- Asalariados formales: -2,9%
- Servicio doméstico: -17,0%
Otros indicadores relevantes
- Tasa de ocupación informal: 28,5%, con una caída de 1,8 pp. en un año. Las personas ocupadas informalmente disminuyeron en 6,9%, especialmente los hombres (-7,5%).
- Tasa combinada de desocupación y fuerza de trabajo potencial: 14,5%
- Hombres: 12,6%
- Mujeres: 17,0%
- Brecha de género: 4,4 pp.
Análisis local
La situación del empleo en Los Lagos continúa siendo un desafío importante para la región. Las caídas en sectores claves como la industria y el comercio, sumadas a una desaceleración en la creación de empleo formal, están afectando principalmente a los hombres y generando una presión adicional sobre el empleo femenino.
Esta realidad plantea la necesidad urgente de políticas regionales activas, programas de reactivación laboral y fortalecimiento del empleo formal.
