En el marco del Día Mundial del SIDA 2025, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha lanzado un llamado urgente y ambicioso: la «Alianza para la eliminación del VIH en las Américas». Esta iniciativa busca un futuro con cero muertes, cero nuevas infecciones y, crucialmente, cero estigmas asociados al VIH/SIDA. Este no es solo un objetivo de salud pública, sino un imperativo social que demanda compromiso político, educación sexual integral y el respeto irrestricto de los derechos humanos.
El Estigma: Un Obstáculo Persistente en la Lucha contra el VIH
La vulnerabilidad ante el VIH no es solo una cuestión médica, sino que se arraiga profundamente en los determinantes sociales. Estos factores crean un caldo de cultivo para la propagación del virus y dificultan su manejo.
Algunos de los determinantes sociales clave incluyen:
* Pobreza
* Educación sexual insuficiente
* Desigualdad de género
* Discriminación
* Acceso limitado a la salud
Estas brechas socioeconómicas y culturales no solo aumentan el riesgo de infección, sino que también retrasan el diagnóstico y complican la adherencia al tratamiento, perpetuando así el ciclo de contagios y la progresión a SIDA.
La Realidad del VIH en Chile: Avances y Desafíos
En Chile, si bien se han logrado avances significativos en la prevención y el tratamiento del VIH, aún existen deudas pendientes. El Instituto de Salud Pública (ISP) informó 4.327 nuevos diagnósticos en 2024, la cifra más baja desde 2015, lo que representa un descenso alentador. Sin embargo, este progreso se ve empañado por el hecho de que cerca de un 30% de las personas que viven con VIH no están en tratamiento antirretroviral. Esta situación incrementa el riesgo de progresión a SIDA, de una mayor mortalidad y de una transmisión evitable del virus.
El perfil epidemiológico se mantiene: la mayoría de los nuevos diagnósticos corresponden a hombres jóvenes de entre 25 y 34 años. Este grupo continúa enfrentando barreras culturales, miedos arraigados y un estigma que, lamentablemente, puede ser más debilitante que el propio virus.
Derribando el Silencio: El Compromiso de la Alianza
La OPS ha sido enfática: «Mientras no derribemos la vergüenza y el miedo que viven en profundo silencio, ese que nace en la familia, en la escuela, en la universidad, en el trabajo, el número de contagios no caerá». Por ello, la Alianza para la eliminación del VIH en las Américas debe traducirse en acciones concretas que aborden estas barreras sociales.
Las acciones prioritarias de la Alianza incluyen:
* Testeo accesible para toda la población.
* Tratamiento garantizado y oportuno para quienes viven con el virus.
* Educación abierta y científica sobre el VIH.
* Una batalla frontal contra toda forma de discriminación.
Vivir con VIH: Una Condición Controlable y Digna
Es fundamental entender que «vivir con VIH no es una condena; es una condición crónica completamente controlable cuando se dispone de tratamiento continuo y apoyo social». La ciencia ha demostrado que una carga viral indetectable significa no transmitir el virus. Este logro silencioso debe convertirse en una política pública y no en un privilegio accesible solo para algunos.
El desafío para 2025 y los años venideros es, ante todo, ético. Se trata de construir un Chile donde nadie tema hacerse el test, donde nadie abandone su terapia y donde la comunidad entera brinde apoyo a quienes viven con VIH. La meta es clara: eliminar el virus es tan importante como erradicar el estigma. La historia del VIH ha estado marcada por el dolor y la resistencia, pero también por un profundo aprendizaje. Desde la bioética, se exige justicia, respeto y autonomía para que el futuro sea una historia de dignidad, donde el cuidado venza al estigma y cada vida sea reconocida en su valor pleno.